jueves, 31 de julio de 2008

Y...

Y me sentí mejor

Cuando el querer terminó y sucedió lo que buscabamos
cuando acabó el estúpido vuelo de mariposas,
cuando los amores no eran tan buenos, tan mios,
descubrí el dulce recuerdo del amargo olvido.

Y me sentí mejor.

Cuando dejé de saltar tapias para estudiar tus guiños
cuando abrí los brazos a mis ganas
cuando reverdecido de otras pieles más sinceras
me drogué con un chino de pasado y otro de calor

Y me siento mejor.

Ahora que facaré mil heridas
buscando quien me haga ahullar.

Ó. Valcárcel. Agosto de 2008. Mais longo, ¿acreditas?.

miércoles, 23 de julio de 2008

Ven aquí

Lleno de la alegría de tu querer,
por esa paciencia atada a tu risa:
me ayudas enpujándome:
de mi rima a tu prosa


Ahora que estoy malcomiendo ayuno,
dame tiras de esa carne
que llevas atada al muslo
pa que pueda forrarte de placer.

¡Ven aquí!

Vamos a llorar alegría,
que quiero quejarme de gusto
por todas las penas mias
y amarte yo solo.

Vamos a enmarcar este día
que me sobra abrazarte fuerte
para ser la ignominia
enzarzada a tu mente.

¡Ven aquí!

Que tengo risas seguidas
de las ondas de tu espuma
y muchos unos rotos de alegría:
florecida.


Ó. Valcárcel. Julio de 2008. Rimando prosa llena de versos.

lunes, 14 de julio de 2008

Persianas bajadas

Amorrado a tu negrura sintió la presión de tu mirada,
arando en su espalda: provocando tormentas de escalofrios
en su pequeña colección de voluntad,
solo haciéndote perder el sentido se sentía vivo.

Conozco, ya, cada uno de tus gestos
domino todos los pliegues de tu sonrisa
sé como derretirte con la voz
mas ignoro la manera de que dejes de llorar.

Ven, sígueme: vamos a mirar ventanas cerradas,
porque solo deseándolo con el corazón
serás capaz de subir esas persianas,
y sentir de nuevo: calor.


Ó. Valcárcel. Julio de 2008. A mi buena amiga Patricia. Te deseo tiempo de soles y olvido comadre.

domingo, 6 de julio de 2008

Lucero

Pequeño hatillo de besos, escucha:


Pasito a pasito, de los tuyos, como saltitos
le vamos a meter miedo a la memoria
despacio, tras muchos poquitos:
me comprometo a dejar seca aquella puta estrella

Si crees que sólo escribo sonetos vacíos,
Calmaré los vientos de cada galerna,
para que me puedas oler en la mañana.
Apagaré hasta los fuegos fatuos
para que no sientas esos miedos
amainaré las olas de cada mar,
para que,conmigo, te puedas bañar.

Y después regaré tus raices con mi riego de desarraigo,
pa que tu amor arraigue en mi tierray poder gritar.. ¡Lucero!


Ó.Valcárcel. Julio de 2008. Al lucero, al lucerito mío.