Que ya no veo acordes
ni oigo estrofas de esas buenas.
Que pa quererme tengo vendimia,
olorosa y sin bandera,
de la de sinsertirse.
Que en el cielo de esta herrumbre:
malparida y menos querida,
otrorá llena de manzanos
casi nuestra ayer,
me congracié con medio suspiro tuyo.
¡Qué no tengo tanto!
¡Qué no tengo nada!
O. Valcárcel, abril de 2008.
viernes, 25 de abril de 2008
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