Amigo, par de vinagre,
cómplice de noche y vino
sonrisa cómplice: sincera
parte de mi recuerdo,
rugido a mi lado
Amigo, palmadas de felicidad
ojos de lágrimas ajadas
desdibujada vivencia vana
parte de mi parte
aventura siempre buena
Amigo, ahora que no estás
sirva la rabia
los lapos a esos dioses
la randada hueca
mis puños sangrando
la grieta que dejas
y el recuerdo sempiterno
para recordarte: vivo.
Ó. Valcárcel. Hasta siempre, amigo. Si esa dama es la muerte, ¿quién tiene miedo a morir?
sábado, 13 de diciembre de 2008
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